Hace muchísimo tiempo que sentía que estaba haciendo lo correcto. Hoy pienso que me he equivocado como nunca lo había hecho. Este error me ha llevado a sentirme como una persona horrible que no merece todo lo que se le ha dado. No puedo contar lo que sucedió, lo guardo para mi, porque no tengo ganas de herir ni herirme al decirlo. Me quedo con la sensación de cometer un terrible error y no poder gritar lo estúpida que he sido.
A veces los impulsos no deben ser seguidos y ya lo he aprendido, a costa de hacer sufrir, a costa del dolor en la consciencia. No es peso, es dolor de consciencia.
P A U S A
Dolor por no saber, no querer y no poder decir la verdad por primera vez en años, por primera vez desde que he iniciado este proceso de sanación, este proceso de felicidad, el proceso de cambiar mi vida y entregarme a la dicha. Anoche decía que todas las cosas pasan por algo y las decisiones se toman de acuerdo a la perfección de los sucesos en esta circunstancia que es la vida. Sigo pensando que la vida es perfecta y todo encaja. Todo lo que he hecho me ha llevado a otras situaciones, a conocer otras personas y a conocerme a mi misma, la vida se encarga de juntarnos.
Me siento agradecida por tener el amor que tengo, a pesar de las dificultades, a pesar de que he cometido un error y no puedo reconocerlo, más que por orgullo, por miedo. Por miedo a perder y terminar matando el lazo que he creado. Y sé que así sería porque hay cosas que no se pueden perdonar por mucho que uno ame.
Quiero pedirte perdón por (todos) mis inmensos pecados.
