12.12.09

Resignación

Me ha hecho falta mirarme al espejo unas diez veces para reconocerme entre la maldad y la codicia de mis ojos, no se trata de envidia, se trata de resignación.
Es así como me voy dando cuenta, al pasar de los días, que debo resignarme a ser como soy.
Le he contado experiencias a la lavadora y jugué a las escondidas con la silla (a ella siempre le a gustado esconderse), pero a mí no me gustan mucho los jueguitos infantiles y luego termino por aburrirme.

Me han gustado mucho los minutos de esta tarde llena de recuerdos y vivencias "juveniles", y digo juveniles porque cuando me miré al espejo esta mañana me he dado cuenta que estoy envejeciendo, y más aún, creciendo. Pero no crezco por fuera, sólo por dentro.
Me gusta, me gusta.
Me gustan los días, me gustan las mañanas, la vida y sus complicaciones, la alegría, el amor, me gusta todo, pero hay días, lapsos, en los que no me gusta nada.
Estos días han sido de locos, días calurosos y desenfrenados.
Y es en tu sonrisa que alcanzo la plenitud, porque sé que eres feliz y, así, también yo lo soy.

Nunca he hecho algo de lo que me arrepienta, nunca lo haré y nunca volveré a hacerlo.
















"Mi Amor, toma mi mano, no dejes de mirarme, camina despacio, abrázame, no me sueltes, que estoy aquí y estoy para quedarme..."



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