Tres

Tengo tantas ideas que no puedo materializar y entre tanta cosas que pienso se van disolviendo.
Se van volviendo noches, así como las mañanas tardes. Se vuelven flores, así como las ramas hojas, así como los segundos se vuelven horas eternas.
Se pierden entre tantos discursos, entre tantos días lluviosos, se me pierden entre tantas caminatas.

Todas las noches hablo con la pared, pero no responde, sólo me mira con cara de yo que sé y se da vuelta para seguir durmiendo. Le hablo sobre mi vida, le cuento cuentos y a veces le rallo la papa con alguna historia pasional que se me ocurre, pero ella es impenetrable y malvada; ni siquiera me oye.

Son los cinco minutos de más, los momentos infinitos y las sonrisas falsas lo que me hacen ver tan triste.

Dame tiempo para pensar un poquito más.

Leeré el diario y encontraré en los clasificados los tres amigos que perdí por estar pensando historias para la vieja pared.


Son t r e s.