Anoche me puse a caminar sin rumbo alguno buscando alguna luz que me indicara donde estaba. De pronto me encontré con una versión real maravillosa de mi. Era igual que yo, pero brillaba y se lucía con un cabello largo que le llegaba mas allá del suelo.
Era todo lo que nunca he sido, pero era yo.
Era el encuentro que tuve contigo, eran los recuerdos y las imágenes desquiciadas que guardo en mi mente para sobrevivir a los instantes tristes.
Gracias por entender la melancolía de encontrarme conmigo misma en tus brazos.
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