13.2.11

Melancolía

Nos habían etiquetado en muchas fotografías, pero nunca una como esta.

Era como si hubiesen recortado nuestros rostros y los pusieron juntos, como si nuestras almas se complementaran en una fotografía antigua y mal tomada. (Esto ya lo he escrito, no sé donde. He buscado una idea. Esta fue la única que se me ocurrió)

Y es así como empecé a buscar en mi memoria el lugar donde mi foto fue tomada. Recorrí los paisajes y me escondí entre las ramas, entre las hojas, para que no pudieras hallarme. Recorrí con la mirada el espacio vacío donde en algún momento estuviste y deseé con todas mis fuerzas que el tiempo se retrocediera, que te trajera de vuelta, que pusieras tus pies sobre la tierra, una sonrisa en tu rostro y un abrazo para mi en tu cuerpo, para vivir cada momento mil veces, para ser feliz unos segunditos más.

A partir de ese momento me dí por vencida me entregue a los viajes estelares, a lo místico, a lo sobrenatural de tu amor.

Lo sobrenatural.

La capacidad que tenemos de ser felices con un te amo suspendido en el aire, la capacidad de tolerarnos sin entendernos del todo, aquella que me hace odiarte en los momentos tristes y entregarme a los silencios infinitos de nuestras conversaciones. La capacidad de amarnos sin importar nada. Eso es lo sobrenatural de este nosotros que se hace cada día más extraño y difícil a los ojos de los demás.

Para mi es simple. Para ti también.



Buenas noches señor oso, me voy a soñar con mi fotografía recortada, con tus besos, me voy a soñar que mañana estarás junto a mi, y que nunca tuviste que irte a ningún lugar.Voy a soñar que muero en tus brazos, después de vivir una eternidad junto a ti.


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